¡Diga la verdad! ¿Tienes ganas de ser más inteligente? ¿Puedes aprender más fácil y rápidamente? ¿Mejorar tu enfoque en los estudios o el trabajo? Y más – ser capaz de envejecer bien, con una memoria más aguda y protegido contra la demencia? Si pensabas que la solución era leer cientos y cientos de libros, aprender a hablar varios idiomas, hacer crucigramas o convertirte en un maestro en Sodoku, ¡pensaste mal!
Los neurocientíficos de todo el mundo señalan la actividad física como el más poderoso escudo para el cerebro. Según las últimas investigaciones, al menos 20 minutos al día, 5 veces a la semana, de ejercicios aeróbicos son suficientes para promover una serie de cambios beneficiosos en la estructura viva más compleja conocida.
Algunos estudios van más allá e incluso sugieren que 10 minutos al día serían suficientes para tener ganancias significativas en las funciones cerebrales. Investigadores de la Universidad de Ontario, Canadá, han preguntado cuál es la cantidad mínima de tiempo que debemos hacer ejercicio para que el cerebro de alguien pueda mostrar cambios positivos.
Para el profesor Matthew Heath, supervisor de la investigación, es importante que la gente sepa lo menos posible sobre el ejercicio diario porque, según él, hay muchas personas que no pueden comprometerse a hacer largas horas de ejercicio. Así que lo importante sería mantener la regularidad y el hábito de hacer ejercicio.
¡Y no te detengas ahí! El ejercicio es una excelente manera de estabilizar el estado de ánimo, previniendo las condiciones mentales consideradas epidémicas hoy en día, típicas de la vida corriente, estresantes y en línea, como la depresión y el trastorno de ansiedad.
Dentro de la cabeza
Cuando hacemos ejercicio, dos áreas del cerebro se ven especialmente afectadas, el hipocampo y la corteza prefrontal. La primera estructura, el hipocampo, ayuda a formar nuestros recuerdos y a protegerlos. Y es precisamente en esta parte del cerebro donde se localizan los neurotransmisores responsables de la sensación de bienestar y la estabilización del estado de ánimo.
A largo plazo, la producción de estos componentes cambia incluso el volumen de nuestro cerebro, dicen los investigadores. Todo este movimiento ayuda a que la materia gris se fortalezca para protegerse de los efectos de la demencia, como la falta de memoria y el temido Alzheimer.
En el córtex prefrontal, un área que colabora con la atención, el enfoque, la personalidad y la toma de decisiones, la ventaja es la tendencia a mantener la concentración por más tiempo y también a dirigir y cambiar la atención de una cosa a otra más fácilmente. Este efecto es incluso uno de los más conocidos dentro del tema de la actividad física y los cambios en las funciones cerebrales.
Esto significa que la actividad física tiene un increíble poder para mover tu vida, con potencialidades ahora probadas por la ciencia, descubrimientos que las últimas generaciones ni siquiera podían soñar. Y todavía hay mucho por saber, pero una cosa es cierta: el entrenamiento mueve la cabeza y el cuerpo tanto en la vida diaria como en el futuro. Y cuanto más practiques, más permanentes y profundos serán los increíbles dones que podrás tener.